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  • Semati Palmera Rodríguez Ríos

Visualización de las ciencias sociales como objeto de divulgación

Los diversos estudios que se encargan de la comunicación pública de la ciencia se desarrollan bajo, igualmente, diversas concepciones de lo qué es ciencia, de cómo debe comunicarse ésta, además de cuál es la relación entre la ciencia y los diversos públicos e igualmente de cuáles son las funciones y maneras de llevarse a cabo dicha comunicación. El presente texto pretende reflexionar en torno a la visualización de las disciplinas sociales y lo que se concibe como valioso para ser comunicado.

La comunicación de la ciencia


Con respecto a la definición de comunicación, Jürgen Habermas (1987) ha propuesto una concepción que nos habla, más que de un acto o proceso, de una acción; es así que “…el concepto de acción comunicativa se refiere a la interacción de a lo menos dos sujetos capaces de lenguaje y de acción que entablan una relación interpersonal” (123). La acción comunicativa es la base de toda comunicación sea ésta cara a cara o involucre medios de información a gran escala.


La comunicación o acción comunicativa es inherente al ser humano. Para efectos de clasificación de actividades, diversificamos o dividimos “esferas” o “campos” de la comunicación según los temas o actividades que involucre; uno de estos campos es el de la comunicación de la ciencia.


Podemos decir que la comunicación de la ciencia es el conjunto de acciones o interacciones entre sujetos, ya sea entre comunidades científicas o entre éstas y públicos no especializados, que como materia prima o significaciones utilizan la ciencia y cuyo fin es la reproducción de la misma. Dentro de este gran campo de la comunicación, podemos hablar de diferentes acciones comunicativas o sub-campos, dependiendo de los sujetos que interactúan, del propósito de dicha interacción y de los medios y canales utilizados para ello (la divulgación de la ciencia, el periodismo de ciencia, la comunicación institucional de la ciencia, la difusión de la ciencia, entre otros).


Para fines de investigación podemos separar los diferentes campos de la comunicación, pero en la práctica estos son inseparables tajantemente y se tocan constantemente, además cada uno se nutre del otro. De igual forma, aunque cada campo o subcampo tenga características especiales, conviven unos con otros y fluyen todos gracias a la presencia de los demás. Existe una delgada línea, a veces difícil de definir, entre la divulgación de la ciencia y el periodismo de ciencia, o entre la difusión cultural, por ejemplo, y la divulgación de la ciencia; en el presente texto ponemos atención a esta última.


La divulgación de la ciencia


La importancia de la divulgación de la ciencia, de su existencia y desarrollo, ha sido destacada durante las últimas décadas. Dicha trascendencia radica en la conformación de las sociedades en las que vivimos y el papel que la ciencia ocupa dentro de estas sociedades, donde la divulgación científica significa un punto de encuentro importante entre los hacedores de ciencia (científicos, gestores, tecnólogos, entre otros) y los/as ciudadanos/as en general. León Olivé (2007) destaca la importancia de la enseñanza de la ciencia y su comunicación de cara a la conformación de sociedades de conocimientos justas, plurales e inclusivas, esto debido a que las personas y las sociedades dependemos de los conocimientos expertos, específicamente científicos y tecnológicos.


Una cuestión por la que la comunicación de la ciencia, en especial su divulgación, es indispensable es porque ayuda al público a formarse una opinión, a crear una imagen sobre la ciencia, es decir, delinea la percepción que de la ciencia tenemos, y con ello podemos llegar a hablar de una apropiación social de la ciencia. Esta percepción y apropiación sociales son importantes porque son la base para el entendimiento de la ciencia, así como de la confianza que en ella podemos depositar.


Varios/as autores/as nos hablan del nacimiento de la divulgación científica “formalmente” a partir de los siglos XVII y XVIII en Europa con el interés de un público perteneciente a las clases altas interesado en los conocimientos científicos y tecnológicos, aunados a su creciente aplicación más directa en los quehaceres cotidianos; también debido al interés creciente del Estado por la producción científica y por tanto de su financiamiento y difusión. Este desarrollo de la divulgación de la ciencia se ve acrecentado con la Ilustración, especialmente con la Enciclopedia. Además, en el siglo XIX nace un género literario destinado al tratamiento de cuestiones y temas científicos.


Divulgación y ciencias sociales


Dada la importancia de la apropiación social de la ciencia, la divulgación de ésta es fundamental para ello; y por ciencia englobamos a todas las disciplinas científicas, entre ellas a las ciencias sociales, que juegan un papel particular dentro de la construcción de sociedades justas, plurales y participativas.

Históricamente se ha intentado encasillar todo el conocimiento científico en una sola categoría de ciencia, lo que vemos reflejado en los diversos campos que han estudiado a la ciencia (la historia, la filosofía, la sociología, la lógica...), con lo que tradicionalmente el estudio de la ciencia y de su comunicación se ha centrado en las disciplinas naturales.


Aunque muchas veces se deje de lado la importancia de las ciencias sociales, preponderando la de las naturales o exactas al tener una función más destacada al por generar innovaciones y tecnologías, esta perspectiva parece asumir una concepción estrecha de innovación, sólo como innovación tecnológica, y deja por tanto de lado la innovación social, sobre la cual se está prestando mucha atención recientemente. Con relación a la innovación social es claro que las ciencias sociales tienen mucho que aportar, ya que dichas disciplinas ayudan a entender a la sociedad y de esta manera es que pueden colaborar en la comprensión de muchos de los grandes problemas sociales como la injusticia, la pobreza, la desigualdad, el cambio climático, etcétera, además de aportar en la creación de estrategias para la resolución de dichos problemas así como para incrementar la participación ciudadana en contextos donde conviven culturas diversas y a veces contradictorias.



Figura 1. Parte de la exposición Territorio ideal. José María Velasco, perspectiva de una época del Museo Nacional de Arte. Ciudad de México. Noviembre de 2018.


La divulgación de estos saberes, de estas técnicas y teorías, así como de métodos de construcción de conocimientos y propuestas para una mejora social es fundamental dentro de las sociedades en las que vivimos, ya que permite el conocimiento social amplio de lo anteriormente mencionado. Si bien la información no es suficiente para derivar en acciones concretas y en una construcción ciudadana de las sociedades de conocimientos, sí es necesaria y, me parece, la base para la construcción de un ideal y de maneras en que ese ideal puede ser alcanzado, además de que ayuda a hacer equitativas las decisiones y rumbos que estas sociedades pueden tomar, también crea un marco necesario para la elección libre del mundo que construimos en conjunto. Así mismo, es necesario agregar el componente multicultural, es decir, tomar en cuenta que vivimos en un mundo, en países, en espacios donde convivimos distintas culturas, y por tanto, diferentes maneras de concebir la vida, el entorno y a la sociedad, así como diversas formas de entendimiento, cercanía y apropiación de la ciencia y la tecnología, además de poseer distintos tipos de conocimientos.


No obstante la importancia de estas ciencias sociales, como la de las demás disciplinas, existe la impresión de que no son tomadas en cuenta, o no de la misma manera en que pudieran ser las consideradas ciencias duras dentro del papel que juegan los conocimiento científicos, ya sea en la investigación, divulgación o en la toma de decisiones.


Según Juan Pedro Laclette, coordinador general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico…


…se enfatiza el papel de las llamadas “ciencias duras” (Física, Química, Biología, etcétera) y de las ingenierías, y se desestima el papel de las ciencias sociales y de las ciencias humanas (humanidades). Algunas voces críticas han insistido que las ciencias sociales actúan como puentes de comunicación entre disciplinas al permitir la comprensión de los fenómenos que se gestan día a día en las sociedades (en CICS/UNESCO, 2011: xii).


Angela Cassidy, en uno de los pocos estudios de la comunicación de la ciencia enfocado a las ciencias sociales, titulado Communicating the Social Sciences: A Specific Challenge?, de 2014, también critica las posturas en un principio descritas y enfatiza en que se ha puesto relativamente poca atención a los aspectos específicos que los/as científicos/as sociales encaran al comunicar sobre su investigación en el dominio público; además afirma que los trabajos sobre comunicación de las ciencias sociales son escasos y dispersos.


En opinión de la autora, es notoria la débil atención que se le da a la comunicación pública de las ciencias sociales si consideramos que la investigación científica social es cubierta extensivamente en lo más amplio, en los medios no especializados (utilización de datos de censos, análisis económicos, psicología, teoría política: todo esto forma parte del contenido cotidiano de los medios modernos). Creo que no podemos hablar de una cobertura científica como tal, pero sí de menciones a hechos y fenómenos sociales que pudieran reforzarse con el amplio trabajo científico-social relacionado. Los objetos de estudio de las ciencias sociales son más cotidianamente discutidos y muchas veces, en los medios, no son presentados como científicos, por ejemplo, el caso de la psicología o la economía.


Según Cassidy, esta disparidad entre la comunicación pública de ciencias naturales y sociales obedece a dos razones. La primera se relaciona al poco interés mostrado por los mismos científicos sociales por comunicar, en especial por divulgar sus ciencias. La segunda razón, que comparto plenamente, es que existe una jerarquía entre las diferentes ciencias, dejando a las naturales y exactas por encima de las sociales.


En opinión de Cassidy (2014) una cosa es inmediatamente clara: la ciencia social es simultáneamente marginada e inmensamente popular en el dominio público, la investigación científico-social tiene un estatus epistemológico más bajo que la ciencia natural, es menos probable que sea de interés periodístico en sí misma, tan es así que ni siquiera amerita una especialización periodística, como pudiera pensarse de las ciencias naturales (de aquí la idea de que de sociología, política o economía cualquiera puede hablar, pero para hacerlo de física, matemáticas o química es necesario cierta formación particular).


Relevancia de las disciplinas sociales y su divulgación


A pesar de las posturas criticadas anteriormente, el papel de las ciencias sociales es crucial y hay varios/as investigadores que hacen un esfuerzo por situarlas en el mapa al mismo nivel que las demás ciencias, y los argumentos son bastantes. Laclette reconoce que a pesar de las crisis de reconocimiento que han vivido las ciencias sociales, el cuestionamiento de su “cientificidad”, y de las acusaciones que se le han hecho del no prever los problemas mundiales de las últimas décadas, hoy estas ciencias son más necesarias que nunca para enfrentar los retos que encara la humanidad. De acuerdo con la UNESCO y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico: “Las ciencias sociales se preocupan por proveer las principales herramientas clasificatorias, descriptivas, analíticas y narrativas que nos permitan ver, nombrar y explicar los desarrollos que confrontan a las sociedades humanas. Ellas nos ayudan a decodificar concepciones y supuestos y mapas mentales subyacentes en los debates alrededor de estos desarrollos” (CICS/UNESCO, 2011: 9). Esto tiene una estrecha relación con la concepción de innovación social mencionada anteriormente.




Figura 2. Ofrenda depositada en el ante-camarín de la Catedral Basílica de Nuestra Señora de San Juan en agradecimiento por parte de los peregrinos de la región. San Juan de los Lagos, Jalisco.

Diciembre de 2017.


En esta misma línea, Alberto Martinelli (2011) opina que “las ciencias sociales pueden ser relevantes, y los científicos sociales pueden tener un papel significativo en la esfera social debido a que: producen resultados científicos a partir de una metodología rigurosa y del desarrollo lógico de teorías consistentes y empíricamente válidas” (303). Para este autor las ciencias sociales construyen “…un tipo de conocimiento que es simultáneamente empírico y crítico” y habla de cinco aspectos o papeles relevantes que estas disciplinas desempeñan en la esfera pública. La primera gran tarea de los/as científicos/as sociales es la de la educación encaminada al desarrollo del conocimiento y las habilidades requeridas para que los/as estudiantes se conviertan en investigadores/as, expertos/as, administradores o profesionales de la esfera pública, “…pero sobre todo en ciudadanos responsables en sociedades abiertas y democráticas, conscientes de sus derechos y obligaciones”. “Un segundo papel relevante para las ciencias sociales es la articulación de conceptos clave y modelos analíticos para construir la realidad social, y para producir las conclusiones empíricamente probadas y acumular conocimiento para describir, interpretar y desarrollar análisis de fenómenos sociales y combatir prejuicios” (Martinelli, 2011: 304). Una tercera contribución es la influencia que pueden tener sobre los temas que deben estar en la agenda pública y su prioridad.


Un cuarto papel de las ciencias sociales es el de decir la verdad en cara al poder. Esto involucra la formación de opinión pública en regímenes políticos clarificando, a públicos amplios, temas complejos y sus implicaciones, desenmascarando las relaciones de poder implícitas que conforman la vida social (Bourdieu y Wacquant…) y evaluando de manera crítica las políticas e ideologías de quienes están en el poder. Un quinto papel primordial es que los científicos sociales participen como expertos y como miembros del gobierno, de las administraciones y de los medios para mejorar la gobernabilidad de problemas sociales complejos (Martinelli, 2011: 304).


Siguiendo estos análisis tenemos que los conocimientos generado por las diferentes disciplinas que conforman a las ciencias sociales es utilizado para analizar el cambio social, para alimentar el debate público, para desarrollar respuestas a problemas sociales específicos, y para ayudar en la creación de política privada y pública. Aunado a lo anterior me parece que todas las características mencionadas sobre el quehacer y la potencialidad de las ciencias sociales dejan clara su relevancia, y de ella se desprende también la importancia de su divulgación.


La divulgación de las ciencias sociales es importante también al contribuir al conocimiento y entendimiento de las sociedades en donde son implementados tantos avances, innovaciones y nuevas tecnologías. Estos estudios sociales pueden llegar hasta la sociedad en general, hasta los/as científicos/as y tecnólogos/as mismos/as (pensemos por ejemplo en científicos/as de otras áreas como las naturales, o en los/as ingenieros/as), hasta los políticos y tomadores de decisiones, así como hasta los/as gestores y responsables de todo tipo de instituciones (como las científicas, tecnológicas y educativas). Y son precisamente estos aportes los que nos pueden ayudar a comprender los diferentes contextos socioculturales y cómo en cada uno de ellos es pertinente la inclusión de nuevos aportes científicos y tecnológicos, además de cómo funciona la apropiación tecnocientífica en cada sector social.


Para que se logre una relación entre ciencia y sociedad es básica la comunicación entre científicos/as e involucrados/as en la ciencia y la sociedad en general, es decir, todos los/as ciudadanos/as. Con esta relación entre ciudadanos y ciencia, se logra la participación activa en ambos sentidos. La relación entre participación y comunicación es bidireccional,


…de manera que no se pueden plantear como realidades secuenciales, sino como elementos de un mismo proceso: sin comunicación social de la ciencia no es factible emprender acciones de participación viables ni eficaces, y, por su parte, la participación genera dinámicas que facilitan la demanda y recepción activa de la información disponible en los canales de comunicación (López y Gómez, 2008: 10)


Pierre Fayard (2004) apunta varias funciones de la comunicación y la divulgación científicas: actualizar a la sociedad en materia de ciencia; integrar en los ciudadanos nuevas representaciones del mundo; informar, presentando elementos de reflexión. Para este teórico los divulgadores no hablan para decir cosas, sino para producir efectos.



Figura 3. Infografía de presentación a la sala de la Cultura Olmeca del Museo de Antropología de Xalapa (UV). Xalapa, Veracruz. Abril de 2019.


Enfatizando la idea de una comunicación científica equilibrada, es decir, que todas las ciencias deben tener un lugar en los espacios de difusión y divulgación para su mejor apropiación y utilización social, además de su goce y retroalimentación, y si partimos de que las ciencias sociales nos ayudan a criticar y entender de una manera fundamentada las problemáticas sociales aportando conceptos y percepciones de la realidad social, así como una articulación de conceptos clave y modelos analíticos; que sus aportes nos ayudan a enfrentar los retos por los que pasamos como sociedades, además de que contribuyen a la formación de la opinión pública, entonces, su divulgación es vital para la construcción de sociedades del conocimiento como a las que idealmente podemos aspirar.


Lo anterior debido a la contribución que dicha divulgación hace a la apropiación de la ciencia por parte de la sociedad, en especial en cuestiones de integración y democratización de conocimientos, no sólo de conocimientos científicos y no científicos, sino también entre diferentes conocimientos científicos en diversos campos o disciplinas. Esto tiene que ver con la necesidad de diálogo entre todos los sectores de la sociedad y entre todas las partes que a la ciencia se dedican.


 

Referencias


Cassidy, Angela (2014) “Communicating the social sciences: A Specific Challenge?”. En Bucchi, Massimiano y Trench, Brian (Eds.) Routledge Handbook of Public Communication of Science and Tecnology 2nd Edition (pp. 186-197). London; New York. Routledge.


CICS/UNESCO (2011) Informe sobre las ciencias sociales en el mundo. Las brechas del conocimiento. México. UNESCO y Foro Consultivo Científico y Tecnológico.


Fayard, Pierre (2004) La comunicación pública de la ciencia. Hacia la sociedad del conocimiento. Ciudad de México. Dirección General de Divulgación de la Ciencia – UNAM.


Habermas, Jürgen (1987) La acción comunicativa, tomo I. Madrid. Edit. Turus.


López Cerezo, José Antonio y Gómez González, Francisco Javier (2008) Apropiación social de la ciencia. Madrid. Edit. Biblioteca Nueva.


Martinelli, Alberto (2011) “Las ciencias sociales en el espacio público”. En CICS/UNESCO (pp. 303-305).


Olivé, León (2007) La ciencia y la tecnología en la sociedad del conocimiento. Ética, política y epistemología. Ciudad de México. Fondo de Cultura Económica.


 

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