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  • Arantza García Durán

La reconceptualización del feminismo en el discurso de las redes sociales


Los constantes debates inherentes a las cuestiones estructurales de la sociedad en un espacio y tiempo determinado no representan ninguna novedad. Sin embargo, tanto la proyección de movimientos sociales como las acciones simbólicas vinculadas a la reivindicación de percepciones e interacciones de ciertos grupos en contextos de socialización se encuentran en un dilema constante, debido a lo polémico y activo que se vuelven los espacios virtuales. Asimismo, la prolongación de conflictos y resignificaciones mediante las redes sociales causan implicaciones en la percepción global sobre discursos culturales, políticos, religiosos, económicos o sociales, pero ¿con qué propósito?


En este sentido, el feminismo, como uno de varios movimientos polémicos contemporáneos cuyo discurso impacta en lo político y cultural primordialmente, se representa a partir de discursos que pugnan sobre la equidad, justicia e imparcialidad social a un nivel abstracto de los roles de género establecidos tradicionalmente. Se busca la conciencia sobre el lugar de la mujer y el hombre desde el nivel global hasta el local en un marco de derechos, oportunidades y posibilidades. Esto quiere decir que es necesario el uso de espacios de comunicación a gran alcance a pesar de los constantes mecanismos de desprestigio relacionados con antagonismos epistemológicos e ideológicos que le dan una interpretación distinta al sentido de dicha corriente causada por el acceso a información que desinforma.


A continuación, se presenta un panorama desde el que se aborda al feminismo en los espacios virtuales, es decir en las redes sociales, principalmente Facebook, como escenario de discusión contemporánea que configura significados, pero al mismo tiempo objetivos respecto a su naturaleza como movimiento que han causado problemáticas a la esencia de este pensamiento en cuanto a su intención reivindicativa de la mujer y el hombre confundiéndose con el término “feminazi”.


El movimiento feminista


Hablar de sociedad en cuanto a su globalidad es algo tan complejo y ambiguo como las subjetividades del ser humano, aun reduciendo interpretaciones en el sentido colectivo a lo largo de la historia. Sin embargo, es posible distinguir una realidad polémica para nuestra actualidad con base a las condiciones que juega el papel del género como construcción occidental y hegemónica, mediante diversas revoluciones liberales a partir del siglo XVI. En contraposición, surge una lucha organizada de mujeres europeas que se cuestionan su representación sobre marcos tanto políticos como democráticos, laborales, culturales y sociales, aunque únicamente a partir de la clase media (González & Esteba, 2011). Por ello, se debe mencionar que


el feminismo no es un dogma ni un proceso acabado; no dispone de una teoría y proyecto cerrado ni de una práctica preestablecida. Se trata de un movimiento social crítico que, a partir de su intervención concreta, se sitúa en permanente confrontación y diálogo con la realidad social y con su propia evolución interna (Montero, 2016:4).


En la actualidad, la errónea concepción del feminismo como movimiento anti-hombres, produce efectos que le van quitando fuerza y propósitos claros para hacer frente a los sistemas de dominación institucionalizados[1]. En otras palabras, se presentan estigmas al manifestarse contra aspectos particulares de las condiciones de las mujeres en cuanto a dinámicas sociales injustas, prohibiciones, exclusiones e identidades impuestas por roles atribuidos al género y a las perspectivas socio-culturales desde los que se construyen sus contextos diversos (Bozzo, 2018).


A través del espacio virtual, la palabra feminazi, cuyo término acuñado por un locutor de radio en los 90`s para responder a cuestiones relacionadas con la legalización del aborto, es empleada de manera peyorativa hacia las mujeres que defienden el reconocimiento de sus derechos y trascendencia. Lo anterior se da en una realidad que si bien se define como la era el conocimiento, en su proceso sufre de complicaciones como la satirización[2] de sus ideales racionales más elevados, siendo afectados los grupos más vulnerables a tener alguna voz sobre los aparatos ideológicos de poder.


Asumiendo lo anterior, el feminismo no se conceptualiza como opuesto al machismo o como la manifestación de odio hacia el varón, pues a pesar de la multiplicidad en la cual se desarrolla social, política y culturalmente, su objetivo esencial es enfrentar los discursos de diferencia sexual a modo de no ser factor de desigualdad. La palabra feminazi por lo tanto, en la globalización ha asumido, en algunas circunstancias de comunicación mediática, el sinónimo de feminismo cuando en realidad es sinónimo del hembrismo[3] (González, 2016).


Hay en Facebook diversos grupos que integran la colectividad virtual luchando por la reivindicación del feminismo mediante discursos que abogan por condiciones en las cuales la mujer sea capaz de cuestionarse esquemas de libertad a través de la reflexión de diversos temas; el punto de partida es el aborto, sin embargo, también se tratan temas como el feminicidio, violencia, condiciones laborales, lucha por la diversidad sexual, entre otros, con el objetivo de informar sobre su propósito. Por otro lado, existen páginas disidentes del feminismo que, a través de un discurso antagónico, clasifican a dicho movimiento dentro de la ideología feminazi cuya definición se difumina en elementos de burla, o argumentaciones que se apegan a concepción biológica de género.


Un ejemplo del discurso antagónico se presenta en una página llamada “salvemos la vida” donde argumenta que “la ideología de género es un conjunto ideas anticientíficas que con propósitos políticos autoritarios desarraigan de la sexualidad humana su naturaleza y la explican exclusivamente a partir de la cultura… y su problema es que representa un ataque a las libertades individuales” (Laje, 2019, Post). pues perjudican a la vida, la familia y los derechos de cada persona, aunque suena en realidad contradictorio y ajustado a sus intereses también ideológicos tradicionales.


Otros discursos en torno a los que se basa el odio por el feminismo se argumentan de la siguiente forma: “estoy harta del feminismo qué me impone pensar y qué me discrimina por desobedecer” (Fran Gr, 2019, Post) y también de la siguiente forma:


quieren que para el 2022 se reduzca el 80% de la población, por eso el aborto legal, homosexualizar a la población, alimentos que producen problemas de salud, el feminismo para dividir al hombre y la mujer. Todo un proyecto genocida a escala mundial (Ignacio en deconstrucción, 2019, Post).


Si bien parte del desarrollo interior del movimiento feminista, como todo proceso de construcción en cada tejido social, ha partido de ideas hasta cierto punto radicales, pero no por ello se debe confundir en el presente el feminismo con la palabra feminazi o hembrista, solamente por representarlo como algo en contra de los intereses de ciertos grupos que buscan perpetuarse tradicionalmente sin pensar en realidad el verdadero sentido de libertad, pues continúan argumentándose contra la ideología de género muy desde su perspectiva. Es necesario replantear paradigmas sobre las necesidades presentes en todo contexto donde se incluye la comunicación mediante redes sociales.


Los elementos simbólicos, estratégicos y solidarios de las identidades sujetas a un movimiento van cambiando en la agenda mediática a medida que hacen reflexionar la posición de desenvolvimiento pleno y oportunidades hacia la libertad de cada ser humano, es por ello que la distorsión de su significado suele ser objeto de una contraparte social para intereses en los que se sataniza o no convienen sus ideales mediante Facebook, pues la accesibilidad de esta plataforma llega a cualquier individuo que a modo de broma, interioriza su contrariedad sobre “las feminazis”(García, 2017).


Conclusión


Como ya se habló en un principio, la reivindicación del papel de la mujer ha despertado desde hace algunos siglos, la reflexión sobre ciertas ideas establecidas que son cuestionables en cuanto a la libertad de la mujer y son justificadas por concepciones biológicas de manera un tanto irracional, mas aún, como parte de una trayectoria histórica, seguimos perpetuando o naturalizando tanto de manera seria como ardid.


Enfrentar los mecanismos establecidos por la sociedad en una jerarquía de diferencia sexual refuerza la asimetría entre las relaciones que configuran las estructuras de la sociedad, escuela, derechos, laborales, sexuales, etcétera. El feminismo como forma de vida individual y colectiva busca un sentido de conciencia a todos los espacios de la globalización en donde las mujeres reproduzcan de la misma manera que lo hombres respecto a condiciones de desenvolviendo pleno sin ser juzgadas.


Para concluir, el discurso feminista se ha tergiversado a partir de las redes sociales y esto implica la práctica de mecanismos de desprestigio que se reproducen en masa bajo discursos connotativos desde su corriente teórica y de movimiento en la actualidad. De manera pertinente, se puede llegar a reflexionar incluso en el contexto de violencia que se visibiliza en la realidad nacional, por decir alguno, a partir del gran aumento de feminicidios, violencia, violación y atropellos que se manifiestan día a día como parte reaccionaria de este odio surgido contra los movimientos feministas.





[1] En relación con el patriarcado cuyo concepto se maneja dentro de este movimiento y hace referencia a la forma de organización basada en la idea de autoridad y liderazgo del varón o de predominio de los hombres sobre las mujeres (Bozzo, 2018).


[2] El sentido del humor de una persona es un arma de doble filo, pues por un lado llega a ser tomado como algo a la ligera o en broma, pero por el otro refleja una realidad de la cual se precisa tomar seriedad en relación a nuestros patrones de reproducción y perpetuación de significados colectivos en los que la mujer sigue teniendo una presencia discriminada.


[3] Referido como la actitud de menosprecio hacia el hombre y se relaciona con el sexismo, es decir, hacer una distinción discriminatoria hacia las personas según su sexo.

 

Referencias


Bozzo, F. (2018). Feminazismo, hembrismo e ideología de género. Litorales. Disponible en: http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v17/PDFS_1/LITORALES%203%20FEMINAZISMO.pdf


García Garay, L. (2017). Activismo feminista online como elemento del activismo político: oportunidades, riesgos, estrategias comunicativas y relación con los medios.


González, I. A. L. (2016). El feminismo, una realidad tergiversada.


González, M. R. L., & Esteban, P. G. (2011). Los feminismos en el siglo XXI: Pluralidad de pensamientos. Brocar. Cuadernos de Investigación Histórica, (35): 335-351.


Gr, Fran (2019). Post [página de Facebook]. Recuperado el 01 de junio de 2019, de https://www.facebook.com/photo.php?fbid=2474756299210029&set=a.524226177596394&type=3&theater


Ignacio en Deconstrucción (2019). Post [página de Facebook]. Recuperado el 01 de junio de 2019, de https://www.facebook.com/ignacioendeconstruccion/photos/a.272837866980673/310944163170043/?type=3&theater


Montero, J. (2006). Feminismo: un movimiento crítico. Psychosocial Intervention, 15(2): 167-180.


Laje, A., (2019). Destrozando la ideología de género. Salvemos a la vida [página de Facebook]. Recuperado el 01 de junio de 2019, de https://www.facebook.com/SalvemosLaFamiliaOficial/videos/2511992838873006/


 

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