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  • Azminda Meybelli Román Nieto

Vámonos al sur de Veracruz… Un recorrido por los museos de antropología en la región de los Tuxtlas.


Museo Comunitario de Jamapa, Veracruz. Foto de la autora.

Entrar a un museo es igual que viajar en el tiempo


Hace ya unos años que comencé adentrarme al mundo de los museos. El deseo de conocer más sobre estos lugares de conocimiento, invitaba a querer viajar en el tiempo, saber más de los objetos expuestos, la historia de ellos. En qué momento, en qué lugar, qué mano creativa había tenido la sensibilidad de tallar, pulir, moldear, pintar, incluso teñir, aquello que se encuentra del otro lado del cristal que está frente a mí. Estas interrogantes y otras, surgen en mí cada vez que visito un museo.


El presente texto forma parte de las impresiones y reflexiones que derivaron de la visita a los museos del Sur de Veracruz[1], como parte del trabajo de campo (2013) para la investigación que realicé para obtener el grado de Maestra en Antropología.


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La mañana soleada hacia estragos en el parabrisas del auto y los rayos del sol me tocaban finamente, mientras me preguntaba si no me había faltado algo en la maleta.


Ubicado a un costado del Palacio Municipal, el Museo Comunitario de Jamapa es uno de los museos comunitarios más importantes del estado de Veracruz. Sobreviviente de varias inundaciones y motivo de orgullo por parte de sus pobladores, el Museo Comunitario de Jamapa Esfuerzo, Lucha y Perseverancia, cuenta con tres salas de exhibición dispuestas en una sola planta y los criterios museográficos tienen que ver con los rasgos culturales y geográficos del lugar. La secuencia de la visita ocurre de manera fluida y se inicia en la primera sala que comprende el acervo arqueológico con vitrinas llenas de una gran cantidad de piezas correspondientes a la llamada cultura “Remojadas”. Algunos de los soportes son de unicel y los colores de las mamparas y fondos de vitrinas son fríos, como azules y verdes, y cálidos, como rojos y amarillos. Un aspecto que llama la atención tiene que ver con el contenido de las cédulas informativas de las piezas que no destacan por ser técnicas; es decir, aunque se hace mención de la temporalidad y cultura, las descripciones de los materiales arqueológicos explican su posible función más que la descripción física de los objetos.


La siguiente sala está dedicada a la parte etnográfica donde se explican algunas escenas de la vida cotidiana de Jamapa, pues se hallan representados objetos de uso doméstico como planchas; herramientas agrícolas como palas; y demás objetos para el arado, así como fotografías antiguas. La tercera sala también es arqueológica y está dedicada a la muerte por lo que en su centro se encuentra una ofrenda encontrada cerca del lugar. El museo también cuenta con una sala audiovisual, sanitarios, oficina y venta de artesanías. Durante mi estancia en el museo pude observar parte de los talleres que se llevan a cabo en el resinto. Uno es sobre el danzón, el cual ya tiene más de siete años y está dirigido básicamente a niños y niñas. El otro, es sobre jarana y está dirigido a los jóvenes de la comunidad.


Una vez concluida la visita al museo de Jamapa, continúe el trayecto hacia la región de los Tuxtlas, emocionada por el encanto de un lugar donde converge la selva y el mar.


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La carretera libre a Santiago Tuxtla es un verdadero deleite, pues además de apreciar la naturaleza, es paso obligado para comer o cenar en la ciudad de Alvarado. Si se quiere conocer más sobre la cuenca, habría que tomar la desviación a Tlacotalpan y visitar la joya del Papaloapan.


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El sol mañanero anunciaba el calor y humedad que envolvería el resto del día. El barullo del centro de la ciudad de San Andrés hacía notar las actividades cotidianas de sus habitantes. El recorrido inició en el Museo Regional de San Andrés, el cual se ubica cerca del parque central, en un callejón pintoresco a un costado de la biblioteca municipal.


Museo de San Andrés, Veracruz. Foto de la autora.


Fue en el 2008 cuando visité por primera vez el Museo de San Andrés; hoy en día continua siendo un ejemplo excelente de innovación museográfica y cuidado. El recinto es de una sola planta, cuya exhibición se extiende a lo largo del lugar. Cuenta con tres salas consecutivas; la arqueológica, con un acervo de la región de figurillas, instrumentos musicales, vasijas y hachas; la sala histórica, conformada por fotografías antiguas con temáticas que van desde las que muestran viviendas típicas, hasta los retratos familiares; y finalmente, la sala etnográfica, dedicada al proceso de producción de tabaco, el cual forma parte de las actividades artesanales en la región. Lleno de color y de historia, el recorrido por el museo no dura más de una hora, así que un paseo por el centro de la ciudad tiene cabida. Más tarde, el calor ya comenzaba a hacer estragos y el camino a los museos restantes, esperaba.


Santiago Tuxtla, es pueblo pintoresco y lleno de calidez sureña. En el centro de la ciudad estaban instalados varios comercios de dulces típicos, ropa y artesanías. Era temporada de la fiesta patronal, por ello, el bullicio de la gente invadía las calles. Al centro del parque principal ‘Benito Juarez’ de Santiago Tuxtla, se encuentra instalada la cabeza colosal, Monumento 1, mejor conocida como la cabeza olmeca de La Cobata, descubierta en 1970. Se trata de la más grande de las 17 cabezas colosales descubiertas hasta ahora en la zona sur de Veracruz y norte del Estado de Tabasco.


Museo de Santiago, Tuxtla, Veracruz. Foto de la autora.


El Museo Regional Tuxteco fue fundado en 1961, aunque oficialmente se inauguró hasta el mes de julio de 1975. El edificio con estilo colonial que lo alberga data del siglo XIX, fue quemado durante la revolución mexicana y reconstruido desde esa época. Actualmente, este recinto comparte oficinas con la Presidencia Municipal, junto al mercado.


El recorrido por el recinto se comparte entre la exhibición y la calidez de la ciudad; una puerta de madera te recibe, sin aún percatar lo que adentro resguarda el lugar. El museo consta de tres salas: la primera dedicada a la arqueología de la región con piezas provenientes de los sitios arqueológicos Tres Zapotes y Matacapan, además de las cabezas talladas en madera del sitio El Manatí; la segunda, es la de escultura monumental donde se ubican, tal y como su nombre lo indica, piezas de tamaño considerable como una cabeza colosal y otras representaciones. Finalmente, la sala de exposición colonial donde se halla una colección de murales que exponen la invasión de los españoles, así como otras fotos sobre costumbres regionales. Además, cuenta con una biblioteca y una sala de usos múltiples en el segundo piso.


Piedras, vitrinas, armaduras, todo ello se mezcla y expande su aroma como terrón de azúcar; no cabe duda que identificas el lugar y calidez del sur veracruzano. Al salir del museo, la imponente cabeza colosal ya mencionada reclamaba una visita al parque principal. Al pararme frente a ella, confirmé mis cuestionamientos, cómo fueron aquellos tiempos y cómo habrá sido el lugar.


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Después de visitar el Museo Tuxteco, seguí con rumbo a la comunidad de Tres Zapotes, a escasos veinte minutos de la ciudad de Santiago Tuxtla. El camino que se toma es el que lleva a ciudad Isla; posteriormente, una desviación hacia Tres Zapotes. Conforme me adentraba por el camino de terracería, el calor acrecentaba debido a la lluvia que cayó. No fue difícil encontrar el museo de sitio, casi inmediatamente al llega a la comunidad se puede ubicar el edificio.


El Museo de sitio de Tres Zapotes, cuenta con una fachada inspirada en un mural de Miguel Covarrubias, el cual muestra la riqueza arqueológica, cultural y natural de la región; al mismo tiempo, da la bienvenida al museo. Unas fauces de jaguar te reciben, al fondo se observa la reproducción del sitio arqueológico de Tres Zapotes, mismo que se recorre como parte de un paseo dominguero. La historia de este museo se remonta hasta 1974, cuando los antiguos habitantes de la comunidad realizaron las gestiones necesarias para la construcción del edificio, misma que tuvo una renovación hace pocos años donde se incorporaron las investigaciones arqueológicas recientes en el sitio.


La exhibición arqueológica la conforman piezas de gran volumen, como la cabeza colosal de Hueyapan, la Estela C –la cual muestra las fechas más antiguas de América- y la Estela D, que exhibe una escena integrada por cuatro individuos que emergen de las fauces abiertas de un jaguar, entre otras piezas. El museo es un espacio abierto, con grandes ventanales y fotografías de los descubrimientos de los monumentos, rodeado por las viviendas de la comunidad.

[1] Los museos de antropología y arqueología del Sur de Veracruz, lo conforman: el Museo Regional de San Andrés Tuxtla, perteneciente al municipio, el Museo Tuxteco en Santiago Tuxtla, y los de museos de sitio de Tres Zapotes y San Lorenzo Tenochtitlán, los cuales forman parte de la Red de museos del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Por criterios de la investigación, no incluí al museo de San Lorenzo e incorporé al Museo Comunitario de Jamapa.



Para saber más


Román Nieto, Azminda Meybelli (2015) “Análisis de la educación patrimonial en los museos arqueológicos de Veracruz: una mirada a cuatro estudios de caso”. Tesis de maestría, Facultad de Antropología, Universidad Veracruzana, México.


 

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